CARCAZA

Esta muestra presenta un diálogo entre los trabajos de Nuria Cano y María Abaddón. Ni recipiente romantizado, ni contenedor natural, la mujer es presentada liberada de estos conceptos en una propuesta poco convencional de arte vivo desarrollada en el Espacio Juan Pardo Heeren del ICPNA. Semanas antes de inaugurarse la muestra utilizaron el espacio como lugar de estudio, creando un ambiente híbrido con elementos formales expositivos, a la par de elementos más flexibles, propios del trabajo en estudio. Esto permitirá que la exhibición vaya transformándose a través del tiempo. La exhibición experimenta con diversas texturas pictóricas, escultóricas y digitales, así como con el factor experiencial. Nuria y María se concentran en trabajar en el espacio y además en generar distintas acciones, colaboraciones, entrevistas y visitas, así como diferentes diálogos que se dan en el contexto de la exhibición, despertando las posibilidades curatoriales a dinámicas productivas propias del performance y el arte relacional y participativo. En este espacio está permitido incluso que la exhibición cambie de obras, no solo tras el desarrollo del mural colaborativo, sino que distintas piezas pueden transformarse e incluso desaparecer, conforme a los distintos eventos se vayan desenvolviendo. Existe una sensibilidad artística compartida y sobre todo una complicidad. La aproximación a la materialidad es distinta: Nuria Cano, de trabajo pictórico expresionista, apuesta por la desmaterialización de su trabajo a través del video, la animación y la performance, sin descuidar su propósito de desestabilizar ideas en torno a la pintura a través de acciones de pintura expandida que descentran el lienzo del bastidor y lo transforman en un objeto más conceptual, escultórico, complejo y reflexivo. De carácter relacional son las lecciones y las intervenciones que se realizan con los dibujos que los asistentes esbozan guiados por ella. El artista María Abaddon invita a los asistentes a realizar diversas tareas con el fin de continuar desarrollando el mural colaborativo, así como a crear nuevas obras en el espacio. Los asistentes tienen la posibilidad de realizar collages, coser, pintar, dibujar, entre otras tareas. María centra su trabajo en la desestabilización de ciertas normas de la escultura, generando siempre espacios y atmósferas, apostando por una materialidad efímera, muy contemporánea, que involucra el reciclaje constante de objetos, el uso de materiales industriales, entre otras técnicas. Esta unión momentánea e impermanente genera una tensión interesante cuando se trata de un proyecto colaborativo que tiene un porcentaje alto de participación. Nuria y María han mudado parte de su taller a la galería y un sector está destinado a trabajar el mural colaborativo con los visitantes a la exhibición, estudiantes de arte y otros artistas que se quieran sumar, siempre bajo los más estrictos protocolos de bioseguridad. El mural se desarrolla tipo collage. Cuenta con elementos aéreos que generan luces y sombras y diferentes capas, un trabajo de la luz y una integración entre el dibujo, la pintura y la escultura. Conceptualmente, resulta en la construcción de un cuerpo social, colectivo, trabajado por capas; en este espacio cooperativo se ha dado una toma de conciencia por parte de Nuria y María en torno al uso de los materiales y soportes que suelen utilizar en correspondencia con sus propios cuerpos y heridas interiores, descubrimiento que se dio de forma espontánea, pero de manera evidente para estos artistas. Carcaza, la fuerza creadora de la dupla Abaddon/Cano, reta la idea de mujeres recipientes. Los artistas le dan la vuelta a este concepto rompiendo el recipiente, descascarándolo. CARLOS GARCÍA MONTERO Curador de la muestra